En el Antiguo Egipto, el aparato reproductor femenino era conocido sólo en parte. En algunos papiros se menciona el órgano externo y el útero, pero nada del resto de sus partes. Incluso pensaban que el útero flotaba dentro del cuerpo de la mujer, unido tan sólo al aparato digestivo.

Conocían la función de la menstruación, a la que llamaban “las purificaciones”, ya que se suponía que con ellas, las mujeres se deshacían de elementos nocivos de su cuerpo. En esos días, no tenían que ir a trabajar. Incluso dispensaban a algunos maridos de asistir a su trabajo, ya que se consideraba algo impuro.

Existían métodos anticonceptivos, especialmente para la mujer, como espermicidas hechos con elementos naturales, como paja, leche agria, excrementos de animales (principalmente de cocodrilo), miel, o natrón. Diversos papiros médicos dan recetas contra la concepción:

-El Papiro Kahun menciona dos, recetas: En la nº 21 dice: «Evitar […]: excrementos de cocodrilo. (Esto) será́ amasado con mucílago fermentado […] será́ humedecido […]» y en la receta 22 cuenta: «[…] hénou de miel. (Esto) será́ vertido en la vagina. Preparar ésto con sehem de natrón».

-En el Papiro Rameseum IV C explica: «Evitar que una mujer quede embarazada. (…) excrementos de cocodrilo [… ]. Un tampón vegetal será́ impregnado con ello, y aplicado en la entrada de su vagina […]»

-El Papiro Ebers 783 nos cuenta: «Para evitar que durante uno, dos o tres años una mujer quede encinta: parte-qaa de la acacia, dátiles. (Esto) será́ molido finamente con un vaso-henu de miel. Se impregnará un tampón vegetal. (Esto) será́ colocado en su vagina».

De otra parte, tenían fórmulas y ritos para aumentar la fecundidad, y cuando la mujer quedaba embarazada, se la protegía con aceites y amuletos, dada la altísima tasa de mortalidad de los fetos.

Artículo: Marta Pérez Torres

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