La tumba del faraón Ramsés I, localizada en el mítico Valle de los Reyes, hoy lugar turístico imprescindible, en la orilla oeste del Nilo, ha vuelto a abrir sus puertas después de un proceso de restauración.

La rehabilitación de este espacio funerario, excavado en la misma roca, como tantos otros, ha consistido en la eliminación de los excrementos de pájaros y murciélagos de las paredes, numerosos. También se ha limpiado el hollín de los murales, sin duda uno de los tesoros de este sitio arqueológico.

La reapertura, celebrada el sábado, fue presidida por el ministro de Turismo y Antigüedades de Egipto, Jaled al Anani, y el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mustafa Waziri, durante una visita a Luxor, en cuyas proximidades está la mencionada necrópolis del Valle de los Reyes.

La tumba de Ramsés I, también concocida como KV16, fue descubierta en 1817 por el italiano Giovanni Battista Belzoni, que se llevó consigo las estatuas y figurillas que allí estaban. Dejó, eso sí, el sarcófago de granito rojo, donde no estaba la momia del faraón, que había sido trasladado en su día a otra tumba, la KV16, junto a su hijo y su nieto, Seti I y Ramsés II, respectivamente.

Tampoco se pudo llevar, por suerte, los murales que decoran la cámara sepulcral.

Artículo: ABC.