Las cartas de el-Amarna (antigua ciudad-capital Ajetatón, en el Alto Egipto, fundada por el faraón Amenhotep IV o Ajenatón), tienen como soporte tablillas cuneiformes, escritas principalmente en acadio, la lengua franca y diplomática internacional en este periodo histórico. Descubiertas por campesinos egipcios de la zona a fines del siglo XIX, durante excavaciones clandestinas realizadas en la ciudad en ruinas, fueron inicialmente depositadas en una antigua edificación que los arqueólogos han bautizado como la Oficina de Correspondencia del faraón y posteriormente vendidas en los diversos mercados de antigüedades.

Estamos, en consecuencia, delante de un archivo de correspondencia, en su mayor parte diplomática, llevada a cabo entre la administración egipcia y sus representantes en regiones como el corredor levantino. El archivo completo incluye correspondencia del reinado precedente; es decir, de Amenhotep III, con más de trescientas cartas de tenor diplomático, aunque existen algunas que son de carácter literario y didáctico. Desde un punto de vista histórico y cronológico, las tablillas han arrojado luz sobre las relaciones de Egipto con Mitanni, Asiria, los Hititas de Anatolia, Siria, el Levante y hasta la isla de Chipre (Alashiya).

Hoy en día las tablillas se encuentran dispersas entre diferentes museos en El Cairo, varios países de Europa y Estados Unidos. Más de doscientas se hallan custodiadas en el Vorderasiatischen Museum de Berlín, ochenta en el Museo Británico, unas cincuenta en el Museo Egipcio de El Cairo, una veintena en Oxford y unas pocas más, que apenas suman en total diez, en el Louvre parisino, en el Museo de Moscú y en la colección del Oriental Institute de Chicago, en Estados Unidos.

Artículo: Julio López Saco

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