La Misión Arqueológica de Oxirrinco de la Universitat de Barcelona-IPOA ha encontrado lo que cualquier egiptólogo sueña: una tumba inviolada. Todavía se desconoce la identidad del individuo momificado, pero se sabe que vivió durante la dinastía XXVI, denominada Saíta (664-525 aC.), la última liderada por egipcios. La arqueóloga Maite Mascort, que dirige la excavación con Esther Pons, conservadora del Museo Arqueológico Nacional, ha valorado el hallazgo “de excepcional”.

Dentro de la tumba, cerrada y sellada, había un sarcófago antropomorfo masculino con la momia y todo su ajuar funerario, compuesto por los cuatro vasos canopes con las vísceras momificadas, 399 ushebtis de fayenza, un escarabeo de corazón, una malla funeraria de protección de la momia y varios amuletos, como udjats, escarabeos o una figura del dios Horus. “Todavía estamos estudiando las inscripciones de los vasos que, suponemos, nos revelarán la identidad de la persona enterrada”, ha detallado Mascort.

La campaña de este año, que empezó el 10 de noviembre y finalizará el jueves, también ha descubierto una segunda tumba femenina del mismo periodo que había sido abierta ya en época antigua. En este caso, la tapa del sarcófago de piedra, también antropomorfo, se encontraba ligeramente desplazada. No obstante, en su interior todavía se conservaban gran cantidad de cuentas tubulares y esféricas de fayenza pertenecientes a la red funeraria que cubría a la difunta, así como un amuleto de piedra de un reposacabezas de una excelente calidad.

Artículo: Sílvia Colomé