El festival de Opet, o fiesta de Opet, era una de las festividades religiosas más importantes del antiguo Egipto. Celebrada anualmente durante el segundo mes de la estación de la inundación (akhet), tenía como gran acto central una multitudinaria procesión en la que se trasladaban las estatuas del dios Amón y su familia desde el templo de Karnak hasta el templo de Luxor, conectados por una avenida de esfinges de tres kilómetros de longitud en la orilla oriental del río Nilo. Además, dado que la intención de la ceremonia era renovar la potencia del faraón y reforzar su unión con la divinidad, es muy probable que éste participara de forma activa en la comitiva de sacerdotes que acompañaban las barcas sagradas en las que se transportaban las efigies.

A pesar de la relevancia de la celebración, no se ha conservado ningún texto que explique realmente en qué consistía. Por esta razón, las principales fuentes de conocimiento de las que disponemos son iconográficas, y provienen de la Capilla Roja de Karnak y el templo de Hatshepsut en Deir el-Bahari; del templo de Tutmosis III en Karnak, el Akhmenu; de la columnata de Amenhotep III decorada posteriormente por Tutankhamon en Luxor; y de distintos pilonos y patios del templo de Amón en Karnak. Solo a partir del estudio conjunto de estas representaciones se ha podido reconstruir cómo debieron ser las distintas fases del festival de Opet, así como su evolución en el tiempo.

A lo largo de sus siglos de historia, la forma y duración del festival de Opet y su majestuosa procesión cambiaron, pero el protagonismo de los dos grandes templos tebanos siempre se mantuvo intacto. El inicio de la Dinastía XI (2055 – 1985 a.C.), y con ella el final del Primer Periodo Intermedio (2160 – 2055 a.C.) y el comienzo del Reino Medio (2055 – 1650 a.C.), posibilitó que una pequeña villa como Tebas y una deidad de escaso renombre como Amón se convirtieran ahora en la capital del país durante más de 1000 años y en la principal divinidad de la monarquía, respectivamente.

En concreto, fue el faraón Sesostris I (1956 – 1911 a.C.) de la Dinastía XII quien puso la primera piedra del que se convertiría en uno de los mayores y más poderosos recintos religiosos del antiguo Egipto: el templo de Karnak. De acuerdo con la orientación tradicional de los templos egipcios, cuenta con un eje principal este-oeste que se prolonga desde el sanctasanctórum hasta el río Nilo, y añade un eje norte-sur cuya prolongación conduce a un templo independiente dedicado a la diosa Mut. En el cuadrante que forman ambos ejes se encuentra el gran lago sagrado, cuyas aguas servían a los sacerdotes para realizar las purificaciones rituales necesarias en su trabajo diario.

Artículo: Heródoto de Halicarnaso

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